Desde hace unos años una arte muy
de moda, es el de deslumbrar a las personas con ingeniosas, curiosas,
elaboradas y originales manicuras. Nuestras manos cobran gran importancia en el
día a día, es una de nuestras cartas de presentación: Cuando conocemos a
alguien le saludamos con la mano; Al comprar en un comercio tendemos a mirar
las manos de la dependienta cuando nos muestra algo o pagamos y así, en
infinidad de ocasiones que prestamos atención a las manos inconscientemente.
Las manos nos dan confianza, nos gusta que cuando nos
hablen, también lo hagan con las manos. Unas manos limpias, cuidadas y por que
no divertidas y originales, dicen mucho de la persona que las lleva: gustos,
cualidades, personalidad, que sin conocerla ya nos abre las puertas para entendernos
mejor y mirarla de forma positiva. Piénsalo en el sentido contrario ¿qué opinión te
aportaría una dependienta con unas uñas y manos ennegrecidas, rotas, agrietadas
y ásperas?
Desde los tiempos egipcios las
uñas tenían un gran protagonismo, pues con ellas se distinguía la clase social
a la que pertenecías: los colores oscuros o fuertes eran para la realeza,
descendiendo hasta los tonos pastel que solían utilizar los esclavos. Fue en
Francia entre los años 1825 y 1835 cuando las uñas comenzaron a tener su
auténtico protagonismo, pues apareció la manicura moderna y con ella el primer
kit de manicura. Finalmente entre polvos, geles, cremas… apareció el primer
esmalte de uñas con una durabilidad de un día, aunque las lacas que hoy por hoy
conocemos (duración aproximada 4-5 días) no llegaron hasta el año 1920 con el
rojo pasión.
Actualmente los esmaltes de uñas
han pasado de ser distintivos de rango social, a ser simples pinturas de
colores homogéneos, para incluir diseños, estampados, stikers o incluso piedras
semipreciosas, a gusto y elección de quien lo lleve. Aunque todo en la moda
puede ir más lejos y es que, las posibilidades para decorar tus uñas son
infinitas; se creativa, tú misma te sorprenderás. Una prueba de ello, son las
famosas uñas de Janet Riffe, en las que plasma con todo detalle, uñas de
propaganda corporativa. Sin ninguna duda una auténtica obra de arte con la que
ha conseguido darse a conocer por un trabajo minucioso y llamar la atención del
sector publicitario.
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